martes, 13 de julio de 2010

Las zapatillas nuevas me rozan

He de reconocer con un profundo pesar y cierta inquietud que las zapatillas que tan ilusionado adquirí el otro día me rozan ligeramente en los dedos cuando ando. Al principio era una pequeña molestia, casi imperceptible, pero poco a poco se está convirtiendo en un calvario.

En particular, al dedo meñique del pie derecho está a punto de salirle una ampolla, siendo, de momento, el peor parado. Por eso pido, desde este humilde púlpito, solidaridad con mi dedo meñique, que lo ha dado todo por mí, y ahora recibe esta recompensa tan amarga.

No hay comentarios: